Ante la primera monta de nuestro bichón maltés, ya sea macho o hembra, siempre surgen dudas razonables que deben ser despejadas para evitar perder nuestro tiempo y dinero y, por supuesto, para asegurar a nuestros malteses un perfecto estado de salud.
Las primeras cuestiones suelen estar relacionadas con la edad óptima a la que debe realizarse la primera monta del maltés y, en el caso de las hembras, con la naturaleza del celo: en qué momento es más probable que acepten al macho, cuál es el mejor celo para gestar por vez primera, etc.
Primera monta
En el caso de los machos, se recomienda esperar al año de edad, aunque siempre es aconsejable dejarlos crecer algún tiempo más para que alcancen una madurez plena; además, si tu bichón maltés tiene pedigree y deseas inscribir su camada, ha de tener al menos nueve meses de edad en el momento de la monta.
Con las hembras hay que tener más precauciones, pues son ellas las que soportan la gestación. Suelen presentar su primer celo entre los seis y los nueve meses de edad, pero por lo general no alcanzan una madurez plena hasta el año y medio. Por lo tanto, es recomendable que críen a partir del tercer celo, es decir, a partir del año y medio o los dos años de edad.
¿Cómo es el celo?
El celo de las maltesas suele durar de dos a tres semanas, y se divide en varias fases. En la primera, llamada proestro, comienza el sangrado y la vulva se presenta inflamada. Después tiene lugar la fase de ovulación, que constituye el periodo óptimo para que la hembra sea montada. Con ella, el sangrado suele desaparecer: por lo general, las hembras comienzan a gestar después de terminar éste. La duración de la ovulación varía de unos pocos días a dos semanas; los días más fértiles van de los nueve a los trece después de comenzar el sangrado. Hay un último periodo en el que se restablece el estado previo al celo.
En ocasiones, es necesario conocer con exactitud en qué días se produce la ovulación; por ejemplo, en aquellos casos en que el macho o la hembra de bichón maltés hayan sido trasladados expresamente para la monta. El veterinario puede proporcionarnos datos exactos mediante la realización de una sencilla prueba, el frotis, cuyo resultado se obtiene en unos pocos minutos.
Por último, hay que tener en cuenta que el macho no debe tener un tamaño mucho mayor que el de la hembra, pues ésta puede padecer problemas en el parto si los cachorros son excesivamente grandes. Con todo, siempre cabe la posibilidad de que exista algún antepasado de gran tamaño, tanto por parte del macho como de la hembra.
A tener en cuenta
Cuando los dueños deciden de mutuo acuerdo una monta de bichón maltés, siempre es recomendable reflejar las condiciones estipuladas en un contrato. Éste debe indicar, entre otros datos:
- El número de montas acordado.
- El precio por monta, o bien el precio prefijado para todas las montas que sean necesarias. Por norma general, el dueño del macho decide el precio; puede pedir dinero o bien uno de los cachorros. En caso de que sólo nazca uno, el dueño de la hembra deberá pagar si desea quedárselo.
- El número de inscripción en el LOE (Libro de Orígenes Español) de los progenitores, en el caso de que ambos posean pedigree; así como el compromiso, por parte del dueño de la hembra, de inscribir la camada en el LOE al nacer.
Si la monta resulta infructuosa, se suele acordar una nueva monta en el próximo celo de la hembra, sin que haya que pagar de nuevo. También existe la posibilidad de que el dueño del macho devuelva el dinero, pero esto no es frecuente.
El precio solicitado por la monta del maltés tiene que ver con el tamaño del perro, pero sobre todo con su pedigree. Sin embargo, el hecho de que ambos progenitores tengan pedigree no significa que también lo posean sus crías. El nuevo propietario del cachorro debe inscribirlo en el LOE y presentarlo en la sociedad canina que corresponda por zona, para lo que tiene un plazo de hasta seis meses tras el nacimiento. Las tramitaciones tardan unos dos meses, tras los que el propietario recibirá su pedigree.